La investigación científica ha demostrado que el cannabis se puede usar con fines medicinales. La cantidad de países que la han legalizado con dichos fines y la evidencia científica hacen que cada vez más personas utilicen el cannabis como medicina alternativa.
¿Cannabis medicinal o medicina a base de Cannabis?
Si bien significa lo mismo, la diferencia radica en su modo de uso. Muchas veces se da un uso terapéutico del cannabis por no estar calificado como producto de calidad. Por otro lado, se le llama Cannabis de Grado Médico al que ha pasado por un control de calidad, pues su producción está estandarizada y cumple con las normas internacionales establecidas para los medicamentos producidos por medio de las plantas.
Sin embargo, vale recalcar que cuando decimos uso medicinal del cannabis nos referimos al fin que se le da, más no a su calidad.
¿Qué efectos medicinales tiene el cannabis?
Se ha demostrado que el cannabis tiene efectos potencialmente beneficiosos contra muchas enfermedades, esto debido a que casi todos los órganos y sistemas son favorecidos por los efectos de los principios activos de la planta, los cannabinoides.
Ahora, vamos a dar a conocer los efectos beneficiosos del cannabis y de los cannabinoides en la salud y en las áreas donde puede ayudar su uso medicinal. El cannabis funciona como antiinflamatorio, analgésico, protector y reparador del tejido nervioso, anti convulsionante, relajante muscular, antitumoral, anti náusea y anti vomito, antiespasmódico, estimulante del apetito, ansiolítico y antipsicótico, inductor del sueño, regulador de la inmunidad, antioxidante y preventivo de la recaída y del síndrome de abstinencia.
¿Qué productos a base de cannabis existen?
Entre los productos no recreativos a base de cannabis que existen en la actualidad resaltan el aceite de cannabis y las cremas de cannabis. A continuación, explicaremos que función tiene cada una.
El aceite de cannabis es uno de los productos medicinales más utilizados en los últimos años, su uso se ha popularizado aún más gracias a la legalización de esta planta con fines medicinales. El aceite es el producto resinoso y pegajoso que se obtiene al eliminar el solvente de los extractos que contienen los cannabinoides de los cogollos de la planta (flores) y que se preparan con diferentes solventes (butano, alcohol isopropílico, etanol o hexano). El contenido en THC y CBD puede variar según el vegetal y las condiciones de elaboración.
Además del aceite de cannabis, existen las cremas de cannabis; este tipo de analgésico alivia casi todo tipo de dolencia, especialmente la inflamación y el dolor localizado. Su funcionamiento es el siguiente: el cannabis ayuda a aliviar el dolor al eliminar las citocinas proinflamatorias que son liberadas cuando nuestro cuerpo recibe algún tipo de daño.
Por ejemplo, cuando hay artritis y los huesos rozan entre sí, se produce inflamación; sin embargo, cuando se suprimen las citocinas proinflamatorias se consigue aliviar el dolor.
A la fecha, hay estudios de que las cremas de cannabis pueden ayudar a prevenir hasta daños neurológicos en las zonas donde se aplica, y suele aconsejarse que sea aplicado en las rodillas, tobillos y pies.
Otras personas utilizan el aceite de cannabis en las articulaciones no solo para reducir el dolor sino también para revertir algún daño hecho, lo que demuestra que los cannabinoides ayudan no solo a reducir los síntomas, sino que también a sanar.
¿Sobre que enfermedades hace efecto el cannabis?
Si bien compartiremos a continuación una lista de enfermedades a las que el cannabis ayuda a reducir los síntomas, este listado no reemplaza la necesidad de una consulta médica que determine el mejor tratamiento para cada caso específico.
Se ha evidenciado la mejoría de las siguientes enfermedades gracias al cannabis: epilepsia, párkinson, alzhéimer, esclerosis múltiple, síndrome de G. Tourette, autismo, enfermedad de Crohn y otras enfermedades intestinales inflamatorias, náuseas – vómitos, anorexia – caquexia, acné, psoriasis, síndrome de estrés postraumático, ansiedad, psicosis, adicción, insomnio, dolor crónico: neuropático, metastásico, inflamatorio, migraña, fibromialgia, lupus, poliartritis reumatoide, diabetes tipo 1, tiroiditis de Hashimoto, osteoporosis, efectos secundarios de la quimioterapia, acompañamiento de la radio y quimioterapia, VIH – SIDA y síndrome consuntivo, estadios terminales y glaucoma de ángulo abierto.