Cuando se fuma cannabis, el THC y otras sustancias químicas de la planta pasan de los pulmones al torrente sanguíneo, que rápidamente llega a través del cuerpo al cerebro. Es por ello que la persona empieza a sentir casi de forma inmediata los efectos del cannabis, muchos experimentan una euforia placentera y una sensación de relajación, otros tienen efectos más comunes que varían de persona en persona y van desde mayor percepción sensorial (colores más brillantes), risa, alteración de la percepción del tiempo y aumento del apetito.