El cannabis tiene una sustancia activa llamada THC. La mayoría de las personas que empiezan a consumirla lo hace desde la adolescencia hasta que llega el momento donde empiezan a notar los efectos secundarios de su consumo: problemas de coordinación, problemas con el apetito y daños en el funcionamiento de la memoria. Es allí cuando algunas personas deciden dejar el cannabis, pero se dan cuenta que no van a poder ¿Porqué sucede esto, es porque la fuerza de voluntad no funciona o es un tema orgánico? Para entenderlo hay que recordar que la voluntad es eficaz sobre las conductas, más no lo es sobre asuntos químicos. Hay que entender que a nivel químico las cosas han cambiado de manera irreversible y esto se debe a que por el consumo de cannabis zonas específicas del cerebro han sido afectadas. Es decir, lo que realmente hace difícil dejar el cannabis son las modificaciones que se han producido a nivel químico. En segundo lugar, el cannabis hace que la persona se sienta “colocado”, relajado, contento y un poco ebrio, lo que le da una sensación placentera.
Por último, por el consumo se llegan a producir los efectos secundarios citados en párrafos anteriores como lo es el problema de coordinación. A estos efectos se le conoce como displacenteros. Los efectos secundarios surgen porque el THC trastorna la función del neurotransmisor anandamida, encontrado en diferentes partes del cerebro.
Si una persona no ha consumido cannabis, el neurotransmisor anandamida es almacenado en el extremo del axón. Cuando una señal eléctrica llega ahí, la anandamida se libera en el espacio y hace sinapsis entre dos neuronas. La anandamida se mueve ahora a través de la sinapsis hacia la neurona contigua. La neurona contigua contiene receptores a los cuales se puede adherir la anandamida. Cuando esta se adhiere el mensaje se transmite. Una vez que el mensaje es transmitido, la anandamida se separa de su receptor y fluye de vuelta a su neurona original. Las proteínas de reabsorción la ayudan a entrar, donde es reciclada.
Cuando la persona ha consumido cannabis se alteran estas condiciones. El THC imita a la anandamida y se adhiere a los lugares diseñados para este neurotransmisor. Por lo tanto, se transmite un mensaje diferente al del neurotransmisor.
¿Cuáles son las consecuencias de esta sustitución?
Los receptores de anandamida están situados en el hipocampo, el hipotálamo, el cerebelo y los ganglios basales. Cuando el THC sustituye la anandamida en estas partes del cerebro, se dan los problemas con la memoria a corto plazo (hipocampo), problemas con el apetito (hipotálamo), con la coordinación y con el equilibrio (cerebelo) y con el movimiento involuntario muscular (ganglios basales).
Los efectos secundarios no generan la adicción al cannabis, sino que son los que avisan que algo no está yendo bien y que se puede poner en riesgo la vida de la persona que consume cannabis. Es en este momento donde algunas personas deciden dejar de consumir cannabis, sin embargo, es allí donde se dan cuenta de que están enganchadas y que no lo pueden dejar.
¿Por qué a pesar de tener una sensación de displacer no pueden dejar de consumir cannabis?
Porque a pesar de esta situación displacentera, el cannabis induce un sentimiento placentero del cual el cerebro no quiere desligarse. Este tipo de placer se consigue al estimular indirectamente el centro de refuerzo del cerebro.
Se sabe que el centro de refuerzo es estimulado por el neurotransmisor de dopamina (que se traduce como placer). El cannabis aumenta la liberación de dopamina de forma indirecta. Lo que hace el THC es impedir la liberación de GABA.
Se le llama GABA al ácido gamma aminobutírico, es una sustancia química que forma parte del sistema nervioso central y que se genera en el cerebro, sus funciones específicas están referidas a la interrupción de la transmisión de los impulsos nerviosos que son enviados de neurona a neurona.
Si GABA no es liberado, entonces se liberará más dopamina. Mientras menos GABA haya habrá más dopamina. La sensación subjetiva será más placentera debido a las altas cantidades de dopamina y esto estimulará al centro de refuerzo del cerebro. El efecto que la dopamina tiene en ese lugar es lo que hace a muchas personas dependientes del cannabis. Pues las personas desean experimentar esa sensación placentera una y otra vez. Eso es lo que hace difícil el dejar de consumir cannabis y donde empieza el camino hacia la dependencia.
