Hay investigaciones que sugieren que es probable que el consumo de cannabis preceda al consumo de otras drogas legales o ilegales y a la adicción a otras drogas, por ejemplo, un estudio que utilizó datos longitudinales del National Epidemiological Study Of Alcohol Use and Related Disorders (Estudio epidemiológico nacional del consumo de alcohol y trastornos relacionados) halló que los adultos que reportaron el consumo de cannabis durante la primera etapa de la encuesta tuvieron más probabilidades de contraer un trastorno por consumo de alcohol en un plazo de tres años que los adultos que no consumieron cannabis. Del mismo modo, las personas que consumieron cannabis y ya tenían un trastorno por consumo de alcohol, tuvieron un mayor riesgo de que su trastorno por consumo de alcohol empeore.
El consumo de cannabis también está asociado a otros trastornos por consumo de drogas, incluida la adicción a la nicotina. Se hizo una investigación donde la exposición temprana de roedores adolescentes a los cannabinoides hace que disminuya la reactividad de los centros de dopamina en su cerebro en la etapa adulta.
En la medida en que estos hallazgos se extiendan por generalización a los humanos se podría explicar cada vez más acerca de la vulnerabilidad que existe a la adicción a otro tipo de drogas y su abuso en la vida, incluso se podría conocer muchos más casos de los reportados en la mayoría de los estudios epidemiológicos de personas que comienzan a consumir cannabis a edad temprana.
Estos hallazgos también concuerdan con los experimentos realizados con animales, y que muestran la capacidad del THC para preparar el cerebro para aumentar la respuesta a otro tipo de drogas, por ejemplo, las ratas a las que se les había administrado THC anteriormente, mostraron respuestas de comportamiento intensificadas no solo cuando se las expuso nuevamente al THC sino también cuando se les expuso a morfina. Este fenómeno lleva como nombre sensibilización cruzada.
Estos hallazgos han coincidido con la idea de que el cannabis es una “droga de inicio”, sin embargo, la mayoría de las personas que consumen cannabis no pasan a consumir otras drogas más potentes. Además, la sensibilización cruzada no es exclusiva del cannabis.
El alcohol y la nicotina, por ejemplo, también preparan al cerebro para que responda con mayor intensidad a otro tipo de drogas, y al igual que el cannabis, generalmente se consumen antes de que la persona avance al consumo de otras drogas más dañinas.
Por ello es importante hacer notar que, además de los mecanismos biológicos, existen otros factores, como el ambiente social en la que vive una persona, que también son clave para el riesgo que existe de llegar a consumir diversos tipos de drogas. Existe una alternativa a la hipótesis de que el cannabis es una droga de inicio, y esta es que las personas que son más vulnerables al consumo de drogas son simplemente más propensas a comenzar con sustancias que están disponibles con facilidad, como lo es el cannabis, el tabaco o el alcohol, esto hace que cuando estas personas interactúan socialmente con otras personas que consumen otro tipo de drogas su posibilidad de que prueben otras sustancias, aumenta.