En este artículo abordaremos los distintos tipos de cultivo de cannabis que existen, los cuales son: sustratos como tierra, coco, arlita y lana de roca. Además, hablaremos sobre el cultivo SOG, SCROG y LST.
Sustratos (tierra, coco, arlita y lana de roca)
El primero que debemos mencionar es el cultivo mediante sustrato. Cuando hablamos de sustrato nos referimos a la capa de suelo donde las plantas se anclan y donde se desarrolla su sistema radicular, o sea, sus raíces.
En el cultivo de cannabis generalmente se emplea como sustrato la tierra rica en nutrientes y distintos tipos de abono en general. Hay mucha variedad de tierras con diferentes características que influyen en el comportamiento y el resultado final de la cosecha.
No solo se puede emplear tierra, sino que, también se puede usar coco, la arlita y la lana de roca. Y dentro de este tipo de sustratos se pueden emplear diversos sistemas como el SOG, SCROG y LST, pues todos ellos tienen relación directa con la poda de la planta y la redirección de sus ramas para obtener el máximo beneficio posible.
¿Qué es el SOG, SCROG y LST?
Cultivo SOG – Sea of Green – Mar Verde
Esta técnica consiste en llenar el espacio donde se va a cultivar el cannabis con la mayor cantidad de plantas posibles y macetas pequeñas. Esto con el fin de conseguir concentrar la producción en una única apical de entre 20 y 50 cm. Es muy importante contar con un buen número de esquejes, lo ideal es tener una o dos madres que abastezcan de clones. El SOG debe hacerse con una sola variedad de plantas o con plantas con comportamiento genético parecido para que no se descompense la altura.
Esta técnica de cultivo es muy rápida, pues sólo se necesita el tiempo de flora de la variedad que usemos para obtener una cosecha. Con la variedad de floración rápida, se pueden obtener 6-7 cosechas por año, resultado impensable con cualquier otra técnica de cultivo.
La lógica de cultivo para esta técnica es que si la hacemos partiendo de semillas no tendríamos tan buen resultado, tanto por el elevado coste en semillas, como por el tiempo que perderíamos en su crecimiento.
De igual manera, tendríamos plantas muy altas con un sistema radicular que tendría dificultades para funcionar en un recipiente de 1 o 3 litros y donde las ramas inferiores no recibirán apenas luz.
En este tipo de cultivo, a no ser que se disponga de un sistema de riego automático, se complicarán los riegos por el problema de acceder a las macetas más lejanas entre tanto tallo, además que por el tamaño de los contenedores los riegos son muy frecuentes.
Cultivo SCROG – Screen of Green – Malla verde
Esta técnica consiste en cubrir el espacio donde se va a cultivar la planta de cannabis con una malla o rejilla a unos veinte centímetros por encima de las macetas. Conforme vayan creciendo se tiene que ir atándolas al enrejado mediante podas o guiados para que toda la altura se llene de brotes y, cuando se pase de cultivo a floración, se llene de cogollos de similar calidad.
Este tipo de cultivo es muy útil con la planta de cannabis sativa, usando esquejes o semillas, ya que con muy pocas plantas en grandes contenedores se puede llegar a cubrir una gran superficie. Por ejemplo, con una sola planta en un contenedor de 20 o 30 litros es más que suficiente para un SCROG en armarios de 1 metro cuadrado.
Este tipo de cultivo no requiere mayor preparación pues solo se debe poner una malla con orificios de 10×10 cm sobre las plantas para impedir que las ramas la superen en la altura (para esto también se puede utilizar podas o guiados). Cuando ya se haya cubierto el 80% de la superficie se debe cambiar el fotoperiodo a floración pues las plantas aún crecerán un par de semanas más.
Vale añadir que no todas las variedades se adaptan a este tipo de cultivo. Si no aceptan podas o si por su propia naturaleza tienen un crecimiento columnar y poco ramificado tardarán meses en cubrir la superficie de cultivo, lo que ya es bastante, pues el fotoperiodo de crecimiento tarda varias semanas.
Cultivo LST – Low Stress Training
Esta técnica se usa para controlar el crecimiento vertical de las plantas, se llama de bajo estrés porque no implica cortes o podas, pues solo se tiene que amarrar la planta para poder aumentar la exposición de luz y que así llegue de manera pareja a todas las plantas.
Con esta técnica se consigue que la planta de cannabis sea de menor tamaño, pero con un gran desarrollo de brotes secundarios, lo que la hace perfecta para crecer en interiores.
Esta técnica expone los brotes secundarios a una mayor cantidad de luz. De esta forma, en vez de tener una gran cola o cogollo principal, se obtienen varios, pues la luz solar es distribuida de manera equitativa.
Si se usa correctamente las ramas se desarrollarán de manera pareja y mantendrá la altura de un arbusto pequeño. Es por este motivo que esta técnica es ideal para cultivar en espacios dentro de casa o en el exterior siempre y cuando deseemos controlar el tamaño de las plantas.
